Los huevos permanecen aparentemente inactivos durante el verano, otoño e invierno, hasta que en primavera eclosionan las larvas, coincidiendo con el despertar del árbol de cuyas hojas se alimentan, la morera, que también empiezan a echar sus primeros brotes en esa misma época del año. En este estado de “gusano” pasan unas seis semanas, alimentándose de las hojas de morera y creciendo. Mudan cinco veces su piel en ese espacio de tiempo, ya que pasan de los tres milímetros hasta los siete o los ocho centímetros que pueden medir cuando ya son adultos. Al final de esa vida adulta, comienzan a tejer el capullo, una tarea que les lleva tres o cuatro días. El gusano va segregando el hilo de seda y envolviéndose en él hasta que queda dentro transformado en crisálida. Dentro del capullo tiene también lugar la metamorfosis de la crisálida en mariposa, todo en unas dos o tres semanas, al término de las cuales la mariposa segrega un líquido, rompe el capullo y sale. En los días siguientes (entre ocho y doce) las mariposas –que ya no comen– sólo se aparean, ponen entre 200 y 300 huevos y… mueren.
Periódico Digital dedicado al huerto del colegio LUIS FEITO. Aquí recogeremos información y noticias sobre todo lo relacionado con este lugar tan querido de nuestro colegio.
viernes, 3 de junio de 2016
Los visitantes de nuestro huerto I (Gusanos de seda)
La mariposa de la seda, una especie de polilla, tiene su origen en el gusano de seda (Bombyx mori en términos científicos), un artrópodo de origen asiático. Como la de otras orugas, la vida del gusano de seda pasa por cuatro fases: huevo, larva, crisálida y mariposa.
Los huevos permanecen aparentemente inactivos durante el verano, otoño e invierno, hasta que en primavera eclosionan las larvas, coincidiendo con el despertar del árbol de cuyas hojas se alimentan, la morera, que también empiezan a echar sus primeros brotes en esa misma época del año. En este estado de “gusano” pasan unas seis semanas, alimentándose de las hojas de morera y creciendo. Mudan cinco veces su piel en ese espacio de tiempo, ya que pasan de los tres milímetros hasta los siete o los ocho centímetros que pueden medir cuando ya son adultos. Al final de esa vida adulta, comienzan a tejer el capullo, una tarea que les lleva tres o cuatro días. El gusano va segregando el hilo de seda y envolviéndose en él hasta que queda dentro transformado en crisálida. Dentro del capullo tiene también lugar la metamorfosis de la crisálida en mariposa, todo en unas dos o tres semanas, al término de las cuales la mariposa segrega un líquido, rompe el capullo y sale. En los días siguientes (entre ocho y doce) las mariposas –que ya no comen– sólo se aparean, ponen entre 200 y 300 huevos y… mueren.
Los huevos permanecen aparentemente inactivos durante el verano, otoño e invierno, hasta que en primavera eclosionan las larvas, coincidiendo con el despertar del árbol de cuyas hojas se alimentan, la morera, que también empiezan a echar sus primeros brotes en esa misma época del año. En este estado de “gusano” pasan unas seis semanas, alimentándose de las hojas de morera y creciendo. Mudan cinco veces su piel en ese espacio de tiempo, ya que pasan de los tres milímetros hasta los siete o los ocho centímetros que pueden medir cuando ya son adultos. Al final de esa vida adulta, comienzan a tejer el capullo, una tarea que les lleva tres o cuatro días. El gusano va segregando el hilo de seda y envolviéndose en él hasta que queda dentro transformado en crisálida. Dentro del capullo tiene también lugar la metamorfosis de la crisálida en mariposa, todo en unas dos o tres semanas, al término de las cuales la mariposa segrega un líquido, rompe el capullo y sale. En los días siguientes (entre ocho y doce) las mariposas –que ya no comen– sólo se aparean, ponen entre 200 y 300 huevos y… mueren.
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